martes, 15 de noviembre de 2011


DIARIO DE CUBA.




Introducción.

El pasado mes de agosto regresamos de un viaje estupendo, recorriendo toda la isla de Cuba,  lleno de vivencias que nos han hecho conocernos mejor, valorar nuestro estilo de  vida, con todo lo material y lo poco emocional que tenemos.  Nos ha permitido acercarnos a los cubanos y vivir su dura realidad. El poderoso caballero Don dinero, y la amabilidad de los cubanos en general, hicieron el resto.

Son muchas las sensaciones y los sentimientos que me invaden cuando me acuerdo de Cuba.

Hablo de sensaciones como el calor húmedo, agobiante, extremo para nosotros que vivimos en Madrid  y  que ha marcado en gran medida nuestras percepciones de este lugar.  

Hablo de sentimientos como la alegría de vivir que derrochan los cubanos, siempre bailando y sonriendo, mostrando al mundo su carácter latino, viviendo al día una vida llena de carencias materiales, pero sobrada de afectos, de amigos, de familiares ayudándose.

Sensaciones placenteras al recordar sus playas de aguas cálidas y su arena blanca y fina, un entorno para descansar, relajarse y disfrutar de las maravillas que nos regala la naturaleza. 

Pero al mismo tiempo he sentido rabia, por la desidia y el abandono de tantas ciudades, tantos pueblos, tanta gente, por parte de un sistema político obsoleto, que promete bienestar social para todos pero,  todos están pasando muchas dificultades, ganando 11 euros al mes y con un futuro incierto, sin libertades. Eso sí, todos saben leer y escribir, ¿pero de que les sirve?.

Los cubanos por muchas bondades que le vean a “la revolución”, no son libres. Libres de emigrar, libres de expresarse en público, libres de comprar una vivienda o su propio coche, libres de trabajar donde y para quien quieran, libres, libres, libres… “Cuando un ser humano pierde su libertad de acción, lo pierde todo”.

Ya lo dice la cantante cubana Gloria Stephan en su canción  "Quiro mi Cuba libre, pa que la gente pueda, pa que la gente pueda bailar".
Y que razón tiene.

Espero que algún día se cumpla este sueño.


Muchas gracias de antemano por leer el blog, pues en algunas ocasiones hay mucho texto y puede hacerse pesado. Mi intención en cualquier caso es divulgar nuestras experiencias y ayudaros en vuestros viajes, si llegara el caso.



Elenaviajando.

lunes, 14 de noviembre de 2011


DATOS PRÁCTICOS.


ENLACES DE INTERÉS:


Cuba, información general
http://es.wikipedia.org/wiki/Cuba

Instituto de meteorología de Cuba

Aduana de Cuba

Aeropuerto internacional José Martí

Banco central de Cuba, tipo de cambio

El portal de Cuba
http://www.cuba.cu/

Oficina turismo de Cuba para España y Portugal

Directorio turístico de Cuba


Guía de Cuba
http://www.hicuba.com/index.htm

Agencia de viajes en Cuba

Servicios médicos cubanos

Puros habanos

Foros sobre Cuba

Hotel Mercure Sevilla, La Habana


Paseos por La Habana, guía de La Habana


Hotel Iberostar Varadero




Un poco de historia.

Antes de la colonización española en 1492, habitaban estas tierras los antiguos aborígenes cubanos, mayormente cazadores. Provenían de distintas zonas de América, vivían de la caza, la agricultura, la pesca, la alfarería, con un sistema de gobierno matriarcal, ya dividían el trabajo por edades y por sexos y rendían culto a sus antepasados.

Hasta que llegó nuestro amigo Cristóbal Colón, imponiendo su ley y colonizando todo lo que se encontró a su paso.
Dicen las cartas de indias, que cuando Colón pisó suelo cubano, se arrodilló en la arena y con la cabeza inclinada hacia arriba exclamó “Esta es la tierra más hermosa que ojos humanos hayan visto jamás”

Durante los siglos XVI y XVII, los españoles comenzaron a crear las ciudades y gestionar los recursos, dejando su legado, el idioma español y nuestro carácter latino.

A raíz de las numerosas guerras europeas, empezaron a llegar al Caribe, corsarios franceses, británicos y holandeses, deseosos de conquistar nuevas tierras. A su vez los cubanos empezaron a organizarse y reclamar sus derechos. Comienzan las luchas de clases y los  movimientos obreros buscarán la independencia.

A partir de aquí Cuba entra en un encadenamiento de guerras y guerrillas que ha marcado su historia.
España deja su colonia en 1898 tras muchos años de luchas, pasando el gobierno a los Estados Unidos, hasta mayo de 1902 que se impone la República de Cuba.
Durante los veinte primeros años del siglo XX surgió la mayor época de esplendor en el país, económico, cultural, social, hasta que llegaron las dictaduras. Unas de derechas, otras de izquierdas hasta nuestros días, con el gobierno de Fidel Castro y su hermano Raúl, que llevan en el poder desde 1959.
Desde el triunfo de Castro, Cuba fue aliada de los países comunistas, la Unión Soviética, China, Corea, Alemania Democrática, etc. Durante los primeros 30 años, estas alianzas ayudaron al autoabastecimiento de la isla. A su vez los Estados Unidos cortaron toda relación con Cuba.
A partir de la caída del Muro de Berlín y del bloque comunista a principios de los años 90, el país se queda aislado y su economía sufre una gran crisis que en gran medida aún existe. Gracias al turismo sobrevive una economía mal llevada. Desde la llegada al poder de Raúl Castro en 2008 parece que el país se está abriendo al mundo, mejorando un poco la calidad de vida de los cubanos, sin embargo aún queda mucho por hacer.

 
¿Donde está Cuba?.
















La Isla de Cuba se localiza en América central, bañada por el mar Caribe y el océano Atlántico. Al norte se encuentran los Estados Unidos y las Bahamas, al oeste México, al sur las Islas Caimán, Jamaica y al sudeste la República Dominicana y Haití.

Esta privilegiada situación hace que sus aguas sean cálidas, transparentes y limpias. Su clima sea caluroso y húmedo y los cubanos sean en consecuencia afectuosos, amables y muy abiertos al extranjero. Llevan el ritmo en las venas, donde quiera que vayas se escucha musiquilla de fondo y siempre hay alguien bailando en las calles.
Con todos estos antecedentes nuestro viaje como poco, había de ser pintoresco y muy divertido.

Cuba es la isla más grande del Caribe en extensión, unos 110.800 km cuadrados. En ella conviven alrededor de 11 millones de personas, blancas, mestizas y negras, creando un abanico de colores sin igual. El respeto por los demás, sean de la raza que sean y de la religión que sean, te hace sentir como en casa.


La religión.

Aunque el catolicismo está muy extendido, muchos cubanos practican la santería, son supersticiosos y adoran los amuletos. Esta influencia les viene de los antiguos esclavos africanos que trajeron los españoles en la colonización sobre el año 1500.


La política y el modo de vida.

La república de Cuba es un estado socialista con democracia popular.. “esto lo dice la wikipedia”.
En realidad yo creo que es un comunismo de extrema izquierda anclado en el pasado.
Este régimen político es ciertamente contradictorio para mí. La parte mala es que el Estado es dueño y señor de todo y de todos, no existe la propiedad privada. El cubano no puede acceder a una vivienda propia, ya que las casas son todas del Estado, no puede comprarse un automóvil, no puede emprender un negocio, las tierras de labranza nunca serán suyas. Los salarios los marca el Gobierno, todos cobran lo mismo…unos 350 Pesos Cubanos CUP, que al cambio son alrededor de 11 € al mes. En consecuencia cobra igual un médico o un ingeniero licenciado que un dependiente de una tienda o un conductor de autobús, no hay ningún tipo de incentivo,
Así que muchos cubanos han tenido que reinventarse y aprender a “pedir”, aunque ellos prefieran llamarlo “conseguir”. La obtención de una propina es una carrera de obstáculos diaria, por medio del turismo, han conseguido que la propina sea algo cotidiano, en general te piden por todo y de todo, ropa, productos de aseo y limpieza, leche para los bebés, y por supuesto euros.

Aún hoy en día, se utiliza la cartilla de racionamiento mensual. Cada familia acude a una tienda, donde obtiene los productos básicos que el Gobierno considera, arroz, patatas, legumbres, leche, etc., todo contado y pesado para ese mes. Es cierto que todos comen, no sé cuantas veces al día, pero la verdad es que a parte de eso, no disponen de nada más.


Cartilla de racionamiento de Cuba 2011



Las monedas oficiales en Cuba son el Peso Cubano CUP dividido en 100 centavos, y el Peso Cubano Convertible CUC. Este último equivale al Dólar americano 1,08 $ desde el año 2005. 1 CUC equivale a 25  CUP.
Con ese batiburrillo de monedas, el cubano cobra su salario en CUP y compra los productos básicos en esa moneda, pero la mayoría de compras las tiene que hacer en divisa CUC., al igual que los turistas y visitantes. Imaginaros la desigualdad y la imposibilidad de poder comprar nada.

No existe la libertad de expresión, todavía hay presos políticos y no se puede salir del país libremente.

Pero también existe una parte buena. La sanidad es pública y gratuita para todos y todas. En Cuba hay buenos médicos y el sistema sanitario es uno de los mejores de toda América latina. Quizá lo que fallan son las infraestructuras médicas, los hospitales están anticuados para nuestro nivel de exigencia europeo. También hay cierta escasez de medicamentos. Es recomendable llevar un botiquín personal con lo necesario para dolencias leves, aspirina, paracetamol, antiinflamatorios, antidiarreicos, antimosquitos, tiritas, alguna venda, betadine, etc.
De todos modos para los turistas se ofrecen servicios médicos en la mayoría de los hoteles.

Es importante saber que,  para entrar al país, es obligatorio desde el 2010, contratar un seguro, con coberturas médicas.

La educación es obligatoria, en el pueblo más recóndito hay un maestro. Apenas existe el analfabetismo, los cubanos en general son personas muy cultas y muchos de ellos, llegan a la universidad.

Al ser un sistema militarizado hay mucha seguridad en las calles, todo está muy controlado. No sé lo que les harán a los ladrones si les pillan pero el turista se siente seguro.


El clima.

El clima como ya he mencionado, es caluroso en general, con una media de 26 grados. Nosotros fuimos la última semana de julio y la primera de agosto con 35 grados y un 90% de humedad. Por las noches baja un poco, pero la humedad aumenta la sensación de sofoco. En estos meses del verano Cuba está en la estación húmeda. De hecho llovió varios días por la tarde, caía un chaparrón tremendo y corto, lluvia tropical, refrescando un poco. La estación húmeda es la de los huracanes, los ciclones y las tormentas tropicales en todo el Caribe, un dato a tener en cuenta a la hora de viajar, nosotros tuvimos suerte, justo el último día cuando ya regresábamos se estaba preparando la tormenta Emili que pasó por Haití destruyendo casas.
El paisaje durante el verano es muy verde, la vegetación florece con las lluvias y se puede contemplar una vista preciosa del verdor de las palmeras y el azul del mar.

La mejor época para viajar a Cuba y en general al Caribe es durante la estación seca, entre noviembre y marzo. A penas llueve, así que hay menos humedad, no hace tanto calor, unos 24 grados y además no hay riesgo de fenómenos meteorológicos adversos.   

La orografía de Cuba es diversa, a diferencia de otras islas, no es de origen volcánico, sino que emergió del agua. Tiene dos cadenas montañosas, una hacia el centro norte, llamada sierra del Escambrai y la otra hacia el sur oriental llamada sierra Maestra, en esta última se encuentra el pico más alto del archipiélago con 1900 metros. Esta cordillera es un símbolo para el país ya que en estas montañas fue donde comenzaron la mayoría de las guerras, revoluciones y conquistas por la independencia en Cuba.


Requisitos de entrada y salida.

Para entrar al país es necesario disponer de pasaporte válido hasta 6 meses después de la fecha de entrada.
Además es necesario un visado de turista, que en nuestro caso nos lo proporcionó la agencia de viajes. También lo emite el consulado y cuesta 25 euros.
También es obligatorio un seguro con coberturas médicas.

Para salir de la isla es necesario pagar una tasa o impuesto estatal de 25 CUC., que se abona en un mostrador del aeropuerto cuando vas a facturar, así que no gastéis todos los pesos.

Sin estos requisitos, no se puede viajar a Cuba.


Transporte.

La diversidad de medios de transporte es tan variada y variopinta que sorprende cuando llegas:

Por supuesto para llegar a Cuba desde España, lo mejor es el avión, ya que en barco tardaríamos más que Cristóbal Colón. A pesar de eso, las 9 horas que dura el vuelo, no te las quita nadie y son un auténtico martirio.
El aeropuerto José Martí, a 20 km de La Habana, es el más grande, pero hay aeródromos pequeñitos en otras ciudades, que permiten viajar muy rápido por el país.
Para llegar al centro de la capital, hay que pedir un taxi, o un touroperador, que te irá a recoger y te llevará a tu destino.

El estado de las carreteras en Cuba es bastante aceptable. Hay una autopista principal que va de la Habana a Viñales y está bien señalizada y asfaltada. Sin embargo el resto de las carreteras secundarias ya son otra cosa. Tienen baches y en general son estrechas y peor señalizadas. Además por la noche, nos dijeron que son muy oscuras y algo peligrosas, por la variedad de vehículos que circulan sin luces. Bicicletas, carros de caballos, motos viejísimas conviven con autobuses, camiones y coches de los años 50. Muchas de las calzadas no disponen de arcén y los peatones caminan por la orilla sobre todo para hacer dedo, buscando alguien que les lleve, esta es una práctica muy habitual en cuba, ya que todo conductor, si tiene un hueco, está obligado a parar y cargar el vehículo. Todo esto hace muy lenta la circulación en general.

Se puede alquilar un coche o una motocicleta por tu cuenta, alquilar un chofer por horas o días, o un taxi.
Los taxis son de dos clases: Los estatales o legales que tienen matrícula azul, disponen de taxímetro. Los particulares o ilegales con matrícula amarilla, con los que tienes que pactar el precio.
En las ciudades se pueden alquilar bicicletas, coches de caballos, alquilar bici-taxis, que son bicicletas con un carrito atrás en el que caben 2 personas, alquiler de coco-taxis, son motocicletas con 3 ruedas y un habitáculo amarillo, en forma de huevo, para 2 personas. Hay furgonetas de 8 o 10 plazas de alquiler turístico, autobuses turísticos y autobuses de línea.

Son dos compañías de guaguas las que circulan por Cuba.

Astro, es la compañía estatal de guaguas que transporta a los cubanos generalmente que van al trabajo. Va por todo el país. Los vehículos son muy antiguos, sin aire acondicionado y van masificados de gente. Son económicos. Los turistas y visitantes también pueden subir, aunque las condiciones del viaje sean mas incómodas.
La compañía Vía Azul, dispone de autobuses más modernos, con aire acondicionado y algo mas caros. Estos también recorren todo el país y en general funcionan bien. Son una buena opción para los turistas que viajan por su cuenta.

En Cuba también hay ferrocarril. El tren que va de La Habana a Santiago de Cuba, cruzando la isla, es algo antiguo e impuntual. Dicen que fue uno de los primeros del mundo y es el único que existe en las islas del Caribe.


Corriente eléctrica y comunicaciones.

La corriente eléctrica es de 110 voltios y 60 Hz y se utilizan las espigas planas, aunque en muchos hoteles hay corriente de 220 voltios y 60 Hz, y adaptadores para tomas con espiga redonda, pero no en todos. Es bueno llevarse un adaptador para tantos aparatos que tenemos ahora.

En el país hay 5 canales de TV públicos y en la mayoría de los hoteles también hay por satélite. Por cierto, en todos emitían imágenes y discursos de Hugo Chávez, de Raúl Castro, de temas de la revolución y del régimen político, ¡vamos un rollazo!.

Para llamar a Cuba desde el extranjero:

•1. Marque el prefijo de salida del país donde se encuentre
•2. Marque el código de Cuba: 53
•3. Marque el código de la localidad
•4. Marque el número telefónico

Para llamar desde Cuba a cualquier otro país se debe marcar el prefijo 119.

Cubacel es el operador al que se conecta el teléfono móvil, cuando llegas. Si tienes Roaming se puede llamar a España directamente con el prefijo 0034.
A tener en cuenta que el coste de las llamadas en general es caro, pero con el móvil es ¡carísimo!.

La conexión a internet, también es bastante cara y sobre todo muy lenta. El ADSL brilla por su ausencia, en los hoteles te puedes conectar aunque te eternices en el intento.

Lo más típico.

En general por todo el país, se respira música, los ritmos cubanos, las maracas, el son, el bolero, la salsa se escuchan en un buen directo y buscar un lugar donde disfrutarlo es fundamental.
Para acompañar que no falte el ron cubano, entra bien a todas horas, con ese calor. Se sirve con todo, con limón, el Daiquiri, con cocacola el Cubalibre, con menta o hierbabuena, el famoso Mojito, riquísimo. También probamos los cócteles con frutas.

Y por supuesto los puros cubanos, según los expertos el mejor tabaco del mundo.


Para comer.

La gastronomía cubana es en muchos productos y platos parecida a la española. También tiene mucha influencia africana, originando la cocina Criolla. Los moros y cristianos o arroz con gris (frijoles negros), es el plato más cocinado. Las patatas, la yuca, el maíz, el plátano macho, son ingredientes que se utilizan para hacer sopas, guisos, fritos. En las carnes abunda el pollo y el cerdo o puerco, y en los pescados y mariscos los camarones y las langostas del Caribe se ofrecen a los turistas. Las frutas tropicales como el plátano, mango, papaya, guayaba, coco, etc., son ricos se combinan tanto de postre como en las ensaladas.

Nuestro recorrido.

Cuba tiene pueblos muy pintorescos y bonitos. Muchas de sus ciudades incluida su capital La Habana, han sido declaradas patrimonio de la humanidad por la UNESCO. Y menos mal, porque gracias al dinero aportado por la UNESCO, han sido restauradas y cuidadas para su mantenimiento en el tiempo y el disfrute de los turistas. Se nota muchísimo el deterioro de los edificios y calzadas en el resto de ciudades y pueblecillos. Esa es una cuenta pendiente del Gobierno de Castro.

Nuestro periplo por el país nos llevó durante 15 días por toda la isla de norte a sur, desde La Habana, donde estuvimos 4 noches, con una excursión a Pinar del Río y el valle de Viñales. Después en avión al sur, a Santiago de Cuba, 2 noches. A partir de aquí subimos por el centro en un circuito de 5 días en autobús o guagua como dicen los cubanos, hacia Camaguey parando en Bayamo, la villa más antigua de Cuba. Al día siguiente hacia Trinidad, parando en Santi Spiritus y Manaca Iznaga. Continuamos camino de Cienfuegos, la ciudad más jóven y la última en ser declarada Patrimonio de la humanidad.
El siguiente día, visitamos Guamá, con su parque de cocodrilos y una aldea aborigen Taína. Y por fin el ansiado mar,  las playas de Varadero, donde disfrutamos de 5 días maravillosos de confort y relax.

A continuación os vamos a relatar nuestras vivencias día tras día, en un diario que esperamos os guste y os anime a visitar esta isla  llena de contrastes. 





  

domingo, 13 de noviembre de 2011


DIA 1. Llegamos a La Habana.
Viernes 22 de julio de 2011.


Nuestro viaje comienza en Madrid Barajas, a eso de las 13:30 horas ya estábamos por el aeropuerto dispuestos a embarcar hacia la isla de Cuba. El avión con Iberia, salía a las 17:00 horas. Con puntualidad, despegamos hacia la capital cubana, con 9 horas de vuelo por delante. El trayecto fue muy bueno, sin turbulencias a pesar del respeto que da, cruzar todo el océano atlántico, pero todo el camino fue de día y se hace pesadísimo.
Llegamos al aeropuerto José Martí de La Habana de noche a las 20:30 hora local. De repente retrasamos nuestro reloj 6 horitas. Avanzamos hacia inmigración, nos hicieron la foto y nos dejaron pasar sin problemas. Las maletas llegaron rapidísimo, tuvimos suerte porque a unos chicos de nuestro vuelo no les aparecieron. Salimos a la calle para esperar al autobús que nos llevaría al hotel y por lo menos había 30 grados, se notaba bastante calor. Nos llamó la atención la oscuridad en la calle, apenas hay farolas o alumbrado público.

En el trayecto en guagua que duró una media hora, un guía nos explicó todo lo necesario para convivir con los cubanos, nos dijo que al día siguiente por la mañana, nos ofrecerían excursiones y alrededor de las 09:45 de la noche llegamos al hotel MERCURE SEVILLA, en el barrio de la Habana vieja.

Recepción

Entrada





Al llegar nos sorprende la oscuridad en la calle, la acera algo levantada, la amplitud del lobby del hotel y de la recepción, todo ello reformado. Entregamos la documentación de la reserva e hicimos en check in sin problema. Aquí fue donde cambiamos euros por pesos cubanos convertibles CUC. Nos dieron la habitación y al entrar el olor a humedad lo invade todo, una habitación pequeña, con lo básico, cama de matrimonio, una especie de hueco para dejar las maletas y la ropa, una televisión antigua, un escritorio y un baño completo, reformado pero muy sencillo. Con ventana que daba hacia el interior, que nos pareció por un lado mejor, ya que en la calle se oían bastante los motores de los coches y el bullicio. 
Baño


Habitación










Este edificio, en el corazón de la Habana, fue construido el 1903 y rehabilitado en 2006. Es un hotel bastante grande, modesto para nuestro nivel español, pero muy bien situado. Su decoración es andaluza, azulejos árabes, mosaicos, columnas y un patio andaluz que es lo mejor de todo. Aquí íbamos a dormir 4 noches.

Bajamos al lobby para fisgonear y tomarnos algo en ese patio tan bonito. Paco pidió un mojito para empezar a calentar motores e impregnarnos del sabor cubano desde el principio. Pero yo tenía un cansancio de mil demonios después de 15 horas pululando por el mundo y pedí una cervecita del lugar, llamada Cristal. Era suave y fresquita, cosa que agradecí, porque valla calor que hacía. El mojito resultó también muy bueno y después de relajarnos un rato, decidimos acostarnos para descansar porque para nuestro cuerpo ya eran las 3 y media de la mañana y el Jet lag, estaba haciendo estragos.


Lobby hotel Sevilla



Elenaviajando.



sábado, 12 de noviembre de 2011


DIA 2. La Habana, ciudad de contrastes.
Sábado 23 de julio de 2011.


La villa de San Cristóbal de la Habana, como así se llamó, fue fundada el 16 de noviembre de 1519 por el conquistador español Diego Velázquez de Cuéllar. Ahora es la capital de la República de Cuba y su ciudad más grande y conocida, principal centro económico y cultural del país, en la que conviven casi 3 millones de Habaneros.

Alrededor de las 9 y media de la mañana, bajamos a desayunar. El comedor del hotel Sevilla, era amplio y con mucha luz. El desayuno en general bastante bueno, café cubano muy rico, panes con mantequilla natural, bollería, embutidos, zumos, etc., que nos pusieron las pilas.

 



















Sala desayuno hotel Sevilla

A esa hora ya se notaba mucho calor. Después hicimos unas fotos por el lobby del hotel, muy grande con muebles de madera antíguos, plantas tropicales, azulejos de estilo andaluz. Grabamos en vídeo la fachada exterior que es preciosa, con detalles árabes, blanca y amarilla, muy bien conservada. Como anécdota nos dijeron que en este hotel se hospedaron Al Capone y Luky Luciano los famosos capos de la mafia italiana. 


Calle Trocadero y fachada hotel Sevilla



Entrada

Fachada




Lobby del hotel













Lobby del hotel y recepcion al fondo
 
Lo primero que nos llamó la atención es el olor a gasolina de los coches antiguos que son una pasada. Hay de todas las marcas y colores, cadillac, mustang, chevrolet de los años 50 con asientos de cuero, de todos los colores, joyas que ya no se ven en Europa. Los cubanos los reparan y miman como si fuesen reliquias y es que para algunos, son su medio de vida, taxis improvisados, para recorrer las calles de La Habana. Para mí, fue, una de las cosas que más me gustó de esta ciudad, la convivencia de estos “Almendrones”, así los llaman los cubanos, con el resto de vehículos. Le dan un toque de color y de nostalgia a esta Habana llena de contrastes. 


Coche antíguo


Nos acercamos al patio andaluz, en el que estaba tocando en directo, una banda de tres cubanos, con maracas incluidas, cantaban canciones muy conocidas como “Guantanamera” y “A caballo vamos pal monte”. Nos sentamos a disfrutar de ese directo maravilloso y empezamos a entender la esencia y el sabor de Cuba, fue estupendo. Al terminar, pasaron por las mesas para que les dejáramos propina y así lo hicimos. Esta es una manera de sacarse el sueldo los cubanos. 

Banda tocando y cantando en directo
Patio y bar









Patio

Fuente y estatua del patio andaluz



Además a las 11 horas habíamos quedado con el guía para comentarnos todo el tema de excursiones y visitas turísticas.

En La Habana, como por todo el país, puedes ir también por tu cuenta, Cuba es muy segura y para los que tienen un espíritu aventurero y los bolsillos algo justos, es la mejor opción. Nosotros decidimos en este viaje, no complicarnos mucho la vida y combinar excursiones organizadas con algunas visitas a nuestro aire. Como el sábado era el primer día, decidimos contratar la visita guiada por La Habana, para tener un primer contacto con la ciudad, con la agencia Cubanacan, en el mismo hotel.
Esta empresa y Habanatours son los dos touroperadores oficiales y estatales en Cuba. Todo pasa por ellos. Aunque tú vengas de tu país, con tu paquete vacacional contratado, por ejemplo nosotros lo hicimos con El Corte Inglés, al llegar a la isla, estas agencias se encargan de toda la infraestructura y logística, aportan los guías estatales y organizan todas las rutas, tanto en el autobús, como las comidas, visitas, etc.

La visita comenzaba a las 12 en punto, mientras esperábamos, dimos una vuelta por el hotel y vimos una pequeña galería anexa, en la que había una agencia de Habanatours, un par de tiendas y una casa de cambio llamada CADECA. Las Cadecas son oficinas estatales de cambio de moneda, las hay por todo el país y ofrecen mejor cambio que los hoteles. Nosotros la usamos al día siguiente.
Algunos cubanos por las calles te ofrecen cambio de monedas, pero creo que son más seguras las Cadecas porque aunque ellos son los que fijan el tipo de cambio, al menos los billetes no son falsos.

Por cierto, cuando la noche anterior cambiamos euros en el hotel, preguntamos si tenían pesos cubanos CUP, que salen mejor al cambio, pero nos dijeron que solo cambiaban a pesos cubanos convertibles CUC, la divisa para los turistas. Es muy difícil conseguir legalmente moneda nacional.


Galería anexa al hotel Sevilla


En la puerta de la galería había una trabajadora del hotel que nos ofreció de estranji, perfumes, tabaco y de más cosas. No le hicimos mucho caso. También en la puerta del hotel había personas que te ofrecían taxis, visitas guiadas por la ciudad a 10 CUC, vamos, te ofrecían de todo. Pero ya habíamos pagado la excursión que nos costó 19 CUC cada uno.

Primero nos subimos en un microbús de 10 plazas, junto con otras 5 personas para una visita panorámica por todo el Malecón de La Habana, el barrio de Miramar y el barrio del Vedado. Por último la Habana vieja lo haríamos a pie, con la comida incluida.

El famoso malecón, es un paseo con muro de piedra de unos 12 Km, que bordea toda la ciudad y la separa del océano atlántico. Dicen que se parece al de Cádiz, aunque doy fe que este último está más limpio y mejor cuidado. Se construyó en 1906 para salvaguardar la zona costera de los huracanes y tormentas del caribe.
Al principio del malecón vemos la fortaleza y castillo del Morro defendiendo la ciudad por el sur, construida por los españoles en el siglo XVII. Continuamos bordeando el malecón y menos mal que lo recorrimos en bus, porque no tiene ni un solo árbol para dar algo de sombra, a las 12 de la mañana había 32 grados y una humedad increíble. A esa hora no había mucha gente pero al caer la tarde se llena de personas que se acercan a refrescarse con la brisa y disfrutar de las vistas del mar. Los cubanos le llaman “el portal de La Habana” o “el sofá”, porque siempre hay alguien sentado.

A la orilla izquierda del malecón toda una hilera de construcciones y edificios del siglo XIX, nos muestran la decadencia de La Habana. Casas de colores totalmente abandonadas, algunas de ellas a medio hacer y otras casi en ruinas. Palacios de estilo colonial preciosos, que reflejan el esplendor de otros tiempos. Muy pocas casas se salvan y tienen buen aspecto, según vamos hacia el norte también vemos bloques de pisos grises, que parecen bunquers soviéticos, en los que viven afinados y de prestado miles de cubanos. Vemos el hospital de La Habana, el más grande del pais con 588 camas.

Entre todos ellos, destacan espléndidos los hoteles Nacional, Habana Libre y Meliá Cohiba totalmente restaurados. Un contraste brutal, al que nuestras pupilas aún no se habían acostumbrado.
Al final del Malecón en el norte, está la fortaleza de la Chorrera también construida por los españoles.

Cruzamos el río Almendrales, para llegar al barrio de Miramar, observamos que hay muchos árboles, jardines, parques, las aceras y la calzada están bien cuidadas. Las casas son grandes y suntuosas, la mayoría restauradas. Son de uno ó dos pisos, poseen jardín privado y garaje. La guía nos comenta que Miramar es la zona rica de la ciudad, “aquí viven los poderosos, los que tienen los pesos”, dice.  También se ubican aquí la mayoría de las embajadas, edificios gubernamentales, diplomáticos, etc. Nuestras pupilas dicen incrédulas ¿estamos en La Habana?, pues sí, así es Cuba.
Paramos en un parque para cambiar de guía, ya que la chica no se que problema tenía, que se tuvo que marchar. Apareció nuestro nuevo guía, que durante el día nos contaría como es la vida en Cuba de forma oficial y extraoficial.

En el parque de Miramar vimos un árbol enorme llamado Jaguey, cuyo tronco estaba formado por miles de raíces aéreas, muchos troncos unidos entre sí, desde el suelo hacia arriba que parecían un árbol muy grande. A la sombra de las raíces, el guía nos contó curiosidades de la fauna y flora cubana y nos habló de cómo las casas aunque estén en Miramar, son todas del estado.
Vimos además la iglesia de Santa Rita.

Raices Jaguey

Jaguey













 


Continuamos en el bus hacia el barrio del Vedado. Entre las calles 12 y 23, está la única escultura de Fidel Castro en vida, que conmemora los 50 años de la revolución socialista, y la memoria en la invasión de la bahía de Cochinos. En esta zona volvemos a ver edificios mal cuidados, casas con andamios que nunca se repararán, calles más estrechas. Vemos algún mercadillo callejero porque hasta ahora, tiendas no hay. En el vedado están las sedes de algunas empresas, bastantes hoteles, algunos bancos, los habaneros la llaman “la city” de La Habana ó barrio metropolitano, por su contraste arquitectónico. De este barrio hablaré más extensamente en la página del Domingo 24.

Nos dirigimos hacia la famosa plaza de la Revolución. Bajamos del bus y caían por lo menos 35 grados, que con esa humedad parecían 43, ¡madre mía que calor hacía!. La plaza es un espacio extraordinariamente grande, sin una sombra. Está rodeada de edificios gubernamentales en cuyas fachadas hay varios murales gigantescos, con las imágenes de las caras del Comandante Ernesto Ché Guevara  que reza “Hasta la victoria siempre”  y de Camilo Cienfuegos diciendo “Vas bien Fidel”, ambos amigos y oficiales del ejército de Fidel Castro, cuando triunfó la revolución. Al fondo un mástil altísimo con la bandera cubana ondeando y una tribuna donde Fidel daba sus discursos de más de 8 horas. Casi un millón y medio de personas se concentraban aquí para escuchar al “comandante” a pleno sol.


ural de Camilo Cienfuegos



Mastil y tribuna plaza Revolución

Mural del Ché Guevara


Antes de morir derretidos, nos subimos al bus para dirigirnos hacia la Habana Vieja. Por el camino vemos el estadio de Baseball Latinoamericano. El football americano o “juego de pelota” como lo llaman por aquí, es el deporte nacional cubano. El guía nos cuenta de la influencia que dejaron los estadounidenses durante su gobierno y que hay campeonatos por toda América.


Estadio de baseball Latinoamericano



Paramos en una fábrica de ron, llamada bodegas Bocoy, que produce desde 1930. Aquí pudimos conocer la historia del ron en cuba, el proceso de destilación, degustar diferentes tipos de ron como el Legendario, Habana Club, ron Santiago. Por supuesto se podía comprar tanto ron como puros habanos. Nosotros compramos varios puros bastante más baratos que en España y además degustamos un café cubano y un licor de cacao muy rico.


Fabrica de ron


Con unos cuantos grados de alcohol en el cuerpo, seguimos el recorrido hacia la Habana Vieja, ¡menudos baches había en la carretera! Entre saltos el bus aparcó y nos dejaron junto al Capitolio Nacional, para continuar la visita a pie. Este pedazo de edificio es uno de los más bonitos de la ciudad, copia exacta del Capitolio de Washington, refleja el poderío y el esplendor que tuvo La Habana. Construido en 1929, para albergar al senado, es de estilo neoclásico, en general está bien conservado y ahora lo ocupa el Ministerio de ciencia, tecnología y medio ambiente. 



Capitolio de La Habana






 








 

 


A su alrededor hay muchos cubanos ofreciéndote un servicio o buscando una propina, taxis, coches de caballos, enseñarte la ciudad, vendiéndote puros o ron, es su centro neurálgico. Se te acercan y te empiezan a contar su vida y a enrollarse para que contrates algo, son un poco pesados. A nosotros como nos veían con el guía, no nos molestaron demasiado, pero si vas por libre si que te asedian y te piden de todo. El guía nos dijo que los puros que te venden en la calle no son auténticos habanos, están hechos de otras hierbas, que se secan y parecen pura paja, no sé, yo creo que el estado tiene copado el negocio y solo quieren que se los compres a ellos y claro, los turistas picamos.






Edificios de La Habana


En toda esta zona hay un contraste enorme entre los edificios más viejos con ropa tendida en esos balcones a punto de desprenderse de la fachada y los que ha restaurado la UNESCO. El casco histórico de la Habana fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1985, gracias a ese dinero, algunas plazas de la Habana Vieja y muchos edificios tienen un buen aspecto y lo cierto es que da gusto pasear por esta zona con tanta historia, pero la mayoría están muy deteriorados y es una pena verlos.


Fachadas en la Habana

Comenzamos a caminar por las calles estrechas de La Habana Vieja. Vemos mucha gente en la calle, personas sentadas conversando en las puertas de sus casas, músicos callejeros tocando y cantando el son cubano, bastantes niños jugando en la calle. Junto al capitolio aparcados, hay una hilera de automóviles de todas las épocas, marcas y colores, coches de alquiler muy antíguos que desprenden un olor muy fuerte a gasolina por toda la ciudad. Coches de caballos, bicitaxis, cocotaxis, motos viejas, un sin fin de vehículos en un tráfico caótico y pintoresco a la vez.

Continuamos paseando en dirección al centro y en la calle Obispo 557 esquina con Monserrate, nos topamos con uno de los bares más famosos en La Habana, el Floridita. Este local es tan conocido porque durante su estancia en la ciudad, acudía asiduamente el escritor norteamericano Ernest Hemingway. El premio nobel de literatura, se refrescaba el calor, tomando daiquiris, dicen que tantos como 20 al día y es que ¡hace mucho calor en Cuba!. El Floridita es una institución en la ciudad, la cuna del daiquiri.


Fachada del bar Floridita


 
Entramos a verlo y en el rincón izquierdo de la barra, al fondo, su estatua muestra a un Hemingway tranquilo y relajado, inspirándose para escribir. Los turistas se colocan a su lado y se hacen “la foto”.
Los daiquiris cuestan 4 CUC, impagables para los cubanos,  nosotros a esas horas del mediodía preferimos no probarlos, por si nos subían a la cabeza y nos daba por escribir un poema, ja,ja,ja.

Estatua de Hemingway en Floridita
Cerca del Floridita está el edificio Bacardí. Es el  principal exponente del Art Deco en la ciudad. Perteneció al cubano Emilio Bacardí, como sede de su famosa empresa de rones Bacardí. Fue construido en 1930. Es muy alto y en sus tiempos tuvo que ser muy lujoso, tiene dos pequeñas torres con murciélagos de bronce en lo más alto, actualmente está en restauración.


Edificio Bacardí
Pasamos por el museo de la revolución pero no entramos, el guía ya se encargó de soltarnos el rollo manido de la conquista de la revolución de Fidel a partir del 53, con fechas, pelos y señales, a la sombra de unos árboles. Y es que, no éramos conscientes ese día de todas las veces que tuvimos que escuchar, la historia de la revolución Castrista durante el viaje.



Museo de la Revolución



Cerca del museo un tanque enorme que se utilizó en la conquista, nos muestra la supremacía del ejército militar en Cuba.




Tanque utilizado durante la revolución

Por el camino, compramos en una tiendecilla, unos refrescos de cola, para refrescarnos el calor. Se llamaba “tukola” de fabricación nacional, porque, cocacola no hay, los cubanos son antiamericano. Luego continuamos hacia la Plaza de la Catedral. El sonido de las maracas nos acercó a esta plaza, que se construyó sobre una antigua zona cenagosa en la que se ubicó a finales del XVI una fuente y el primer acueducto español en América. Los otros tres lados de la plaza lo ocupan casas señoriales de principios del XVIII, la mayoría porticadas, de los marqueses de Arcos, los Marqueses de Aguas Claras, los Condes de Bayona, excepto la que hay frente a la Catedral.


Plaza de la Catedral de la Habana


La Catedral de la Habana, barroca, imponente, se construyó entre 1748 y 1777 pero hasta 1793 no fue considerada catedral,  cuando se crean las diócesis de Santiago y de La Habana. Posee dos torres campanario magníficas. Hasta el final de la dominación española de la Isla, en su nave central estuvo situado un monumento funerario que contenía los "supuestos" restos de Cristóbal Colón, luego se trasladaron a España.



Catedral de la Habana





La plaza, de estilo barroco cubano, está restaurada por la UNESCO, el contraste del color azul de puertas y ventanas con la piedra la hace acogedora, con ambiente colonial, con músicos callejeros, terrazas, gente paseando, se respiran en ella aires de futuro, el futuro que algún día llegará a la Habana.

Seguimos callejeando hasta el parque de la plaza de Armas. En el centro la estatua de Juan Manuel de Céspedes, hombre ilustre que comienza a instaurar la independencia. El pequeño parque, es muy bonito, con muchas plantas tropicales y flores de colores que ya se echaban de menos, porque en la Habana en general hay pocas zonas verdes.


Juan Manuel de Cespedes

En la plaza de Armas, una de las más antíguas y bonitas de la ciudad, se encuentra un mercadillo de libreros donde poder encontrar auténticas joyas literarias.  Entre sus edificios más emblemáticos destacan el Palacio de los Capitanes Generales de 1776, el Castillo de la Real Fuerza, primera fortaleza construida en Cuba, el Palacio del Segundo Cabo y el Templete.


Plaza de Armas



Hotel Santa Isabel plaza de Armas
Libreros en plaza de Armas



Junto a la plaza de Armas está el Hotel Santa Isabel, un edificio precioso de piedra con soportales. En su interior un patio rodeado de fuentes y plantas transmite su frescura, los arcos de piedra y los balcones azules decoran este lugar. En la azotea esta el restaurante Santobenia, donde íbamos a pararnos a descansar y comer algo. Por la tarde continuaríamos con la ruta.


Patio del Hotel Santa Isabel




















Al subir descubrimos una terraza enorme con unas vistas de la ciudad espectaculares. Se ve toda la bahía, las fortalezas, la plaza de Armas, en contraste con los edificios cercanos al hotel, algunos muy deteriorados, otros en obras. En el restaurante al aire libre, nos sentamos bajo unas sombrillas para comer. 



Vistas de la Habana desde azotea hotel Santa Isabel

















Añadir leyenda









 


Como siempre había un grupo de cubanos tocando y cantando, fue muy divertido porque cuando les dijimos que Paco era canario, el cantante, un cubano moreno, gordito y con cara de simpático, empezó a decir que tenía descendencia canaria, a llamar a Paco “paquito mi helmano” y a cantar como loco. Para colmo Paco que ya era mas cubano que canario, se acercó a ellos, se puso a bailar y a tocar las maracas y yo temí que se quedara para siempre. Nos echamos unas risas y por supuesto les compramos el CD.


Paco tocando las maracas


Después del subidón de salsa y para quitarnos el calorazo, pedimos unos mojitos y la comida. El guía comió con nosotros y nos recomendó pedir langosta. Nos pareció buena idea y la probamos. A ver, ¿que puedo decir de las langostas del Caribe si he nacido en el Cantábrico? Que no hay color, las nuestras son infinitamente mejores. Las caribeñas nos resultaron sosas, más secas, les falta jugo. Sin desmerecer debo decir que, al menos eran frescas. Iban acompañadas con arroz y patatas cocidas que aquí se cocinan habitualmente, después otro mojito y a seguir pateando por La Habana.



Plato de langosta con arroz y papas


Soportales del hotel Santa Isabel



Nos dirigimos hacia la Plaza de San Francisco, también restaurada, dominada por la iglesia y convento de San Francisco de Asís, construidos a fines del siglo XVI, en estilo barroco. Desde su origen fue de uso comercial. En 1836 se instaló allí la fuente de los Leones. La plaza de San Francisco es la segunda de la ciudad por su antiguedad y aquí residieron los capitanes generales de cuba, entre 1763 y 1794.




Convento de San Francisco

Plaza de San Francisco

Paco intentó llevarse la campana junto a la plaza



La cuarta plaza que vimos fue La Plaza Vieja, aunque podríamos llamarla plaza nueva porque está perfectamente restaurada. El colorido de sus edificios le da un aspecto fresco y juvenil.  

Plaza Vieja



laza Vieja


De echo originalmente se le llamó Plaza Nueva. Surgió como espacio abierto en 1559, luego de la Plaza de Armas y la de San Francisco, respectivamente. La plaza representó el primer intento planificado de ampliación de la ciudad.
La Plaza Vieja es en la actualidad escenario de diversas actividades entre ellas espectáculos de teatro de calle, acciones de artes plásticas y variedades circenses.

Seguimos andando por la ciudad y nos encontramos una multitud de personas haciendo cola, en la calle Mercaderes 255. Era una panadería-repostería llamada Museo del Chocolate, los cubanos son muy golosos, lo curioso es que nosotros los turistas no tenemos que hacer cola, los cubanos esperan y nosotros nos colamos por el morro. Yo creí que íbamos a salir a palos de allí pero nos dimos cuenta de que no dicen ni muuuu, es un sistema ya instaurado. Lo cierto que, con ese calor no nos apetecía el chocolate, con la sed que da y aunque tenía muy buena pinta, pasamos de comprar.


Cola en el museo del Chocolate



Calle Empedrado, Bodeguita del Medio al fondo



Un poco más adelante en la calle Empedrado 207, pudimos saciar la sed con unos mojitos. Por fin llegamos al final de nuestra ruta con el guía y como no, al bar más conocido de Cuba y parte del extranjero La Bodeguita del Medio.
Este bar presume de servir los mejores mojitos de La Habana desde 1942 pero he de decir que fue otra decepción para nosotros.
Si que es chulo lo de las firmas de los famosos en sus paredes, la decoración con madera y ver como preparan los mojitos, todos en fila pero es un local muy pequeño, vamos una tasquilla en España, abierto a la calle con un calor bochornoso tremendo, los ventiladores del techo no daban a basto y los mojitos son normalitos, costaban 4 CUC. Tiene más fama que otra cosa, también Hemingway venía por aquí.













































La Bodeguita del Medio



 
A eso de las 5 y media de la tarde terminamos agotados, abrumados por el calor y las vivencias del día. Nos despedimos del guía que fue muy amable y atento aunque se le entendía mal al hablar pues tenía un acento cubano muy cerrado. A pesar de ello se ganó una buena propina por contarnos a su modo, curiosidades de la Habana y de la vida de los cubanos. Ah y fue el que me cambió los primeros pesos cubanos CUP del viaje.


Decidimos subir a la habitación del hotel que tenía “aire acondicionado” a refrescarnos y descansar un poco.  

A las 7 y media, duchaditos, salimos a dar un paseo en dirección al Malecón para ver el ambiente nocturno. Tomamos el Paseo del Prado y ya oscurecía. A medida que nos acercamos al mar se notaba algo de brisa, aunque teníamos 29 o 30 grados. El paseo del Prado es un bulevar arbolado y peatonal, con edificios coloniales, muchos de ellos en restauración, se veía bastante gente paseando como nosotros. Cruzamos y llegamos al Malecón, nos acercamos al muro, y vimos el mar. Incluso vimos la caída del sol, con el faro del castillo del Morro enfrente, es muy bonito y romántico. Después de un largo día de calor ver el azul del mar es un desahogo.


Atardecer en el malecón





Vimos a muchos chavales bañándose abajo, junto a las rocas. Hace mucho calor a pesar de la brisa, por lo que la gente se refresca. Pero también vimos un montón de basura tirada junto a ellos,
el agua huele fatal a agua estancada. Paco me dijo que no existe acometida y que allí van a parar las aguas residuales. El romanticismo de la puesta de sol se me cayó al suelo. Imaginaros como tiene que ser su vida allí para llegar a bañarse en esas aguas.

Además como ya íbamos solos se nos acercó un chaval para darnos conversación y por supuesto pedirnos un peso, un euro, que le diéramos algo. Le dijimos que no, que por hablar con alguien no dábamos propinas  pero no se marchaba, todo el rato nos seguía. Hasta que Paco se paró y le dijo que si no se iba llamábamos a la policía, el chaval se acojonó y se largó. Al final se cumplió lo que nos dijo el guía y tanto leí en los foros de Cuba, en cuanto pueden se ponen a pedirte y te asedian. En realidad seguro solo quería algo de dinero, pero como no estamos acostumbrados en Europa a estas cosas, te imponen algo de respeto. Al final el que tenía miedo era él, porque en Cuba el tema de la policía militar son palabras mayores.

Después de todas estas emociones continuamos caminando un ratito hacia el norte del malecón. Es verdad que había gente sentada en el muro, grupitos de cubanos charlando, familias con chiquillos pasándolo bien, alguno vendía vasos de agua en unos vasitos que iban rellenando, porque los cubanos no conocen otra vida y viven la suya de la mejor forma posible.  Pero un olor a agua estancada que se te metía por la nariz hasta lo mas ondo y ellos por supuesto que estarán acostumbrados pero nosotros ya estábamos agobiados, porque todas estas sensaciones y contrastes no salen en las guías.

De vuelta al hotel no veíamos ni torta, el alumbrado público es muy escaso, apenas hay farolas  encendidas y claro yo que de noche veo fatal, estaba deseando llegar al hotel,  porque de noche todos los gatos son pardos.

La música de nuevo nos atrajo hacia el patio andaluz, tocaba un grupo flamenco con cantaores y sevillanas. Nos sentamos a tomar unos mojitos y cenar algo. Pedimos unas pizzas y disfrutamos del directo de los músicos en un ambiente acogedor, parecía que estábamos en cualquier ciudad de Andalucía. Como habíamos comprado puros, fumamos unos habanos para entender mejor la esencia cubana. Charlamos a cerca de todo lo vivido ese día y comprendimos que nos esperaban unas vacaciones excitantes, llenas de emociones y contrastes nuevos, que deberíamos de asimilar, comprender y saber disfrutar de cada momento.