Día 6. LOVAINA Y REGRESO A CASA

Miércoles, 15 de septiembre de 2010

Este fue nuestro último madrugón y el mas triste, ya que nuestra aventura llegaba a su fin. Pero por supuesto no íbamos a desaprovechar la mañana porque el avión de vuelta salía a las 18:25h  así que nos daba tiempo a visitar otra ciudad increíble.



Juntos en el apartamento



Lobby de los apartamentos



Fachada del apartahotel Adagio Brussels

Desayunamos en el apartamento y recogimos todo el equipaje que nos guardaron hasta el mediodía. Echamos unas cuantas fotos al hotel y nos dirigimos hacia la estación Central para coger el tren de las 9. Gastamos los dos últimos viajes del Rail Pass y a las 9 y 22 minutos estábamos en la ciudad de Lovaina o Leuven.



Escultura en la estación de Bruselas



RailPass

En las guías turísticas pone que en Lovaina destacan sobre todo tres cosas, su ayuntamiento, su Beaterio y su universidad. Después de haber estado damos fé de ellas y destacaremos por supuesto su arquitectura y belleza.

A 25 km de la capital, Lovaina es la ciudad universitaria por excelencia de Bélgica, de echo Erasmo de Rótterdam o Erasmus para los amigos, impartió clases aquí. Se fundó en 1425 y actualmente acoge a unos 30.000 estudiantes que marcan el carácter alegre y juvenil de esta ciudad.

Al salir de la estación, que por cierto es la más moderna de todas las que vimos, nos encontramos con una plaza muy grande, con edificios de diferentes estilos. El de la diputación provincial es modernista, el edificio de la estación de autobuses de color rojo anejo a la de trenes, es contemporáneo, diseñado por un arquitecto Catalán. Todos mezclados entre sí, conviven con la arquitectura más clásica del siglo XV. Se ve que Lovaina es de mentalidad abierta.



Plaza de Leuven



Edificios en la plaza de la estación de Lovaina

Plaza de la estación de Lovaina

Arquitectura de Lovaina

Cruzamos y cogimos la calle Bondgenotenlaan que nos llevaría directos a la Plaza Mayor. Durante el paseo de unos 15 minutos, observamos que toda esta zona está llena de pequeñas tiendas, boutiques de moda, cafeterías, comercios de todo tipo. Como era temprano y miércoles, la gente iba a trabajar, unos a pie, otros en bici, algunos en coche. Se respiraba un ambiente menos turístico que en otras ciudades. 



Tiendas de Lovaina

Como curiosidad, por el camino vimos un barrendero recogiendo hojas y papeles con una máquina eléctrica, totalmente ecológica, que no hacía ruido ni contaminaba la atmósfera tan limpia de esta ciudad. “Es que las de Madrid hacen un ruido horrible y sueltan un pestazo a diésel que no sé como el barrendero no se coloca con ellas”, a ver si copia muestro ayuntamiento.

Barrendero de Lovaina

Continuamos y al llegar al centro nos encontramos con algunas obras, cerca de la Plaza Mayor. Una vez superadas se alza ante nuestros ojos el altísimo y espectacular ayuntamiento de Lovaina.

Ayuntamiento de Lovaina

De estilo gótico brabantino, se empezó en 1439 y la última restauración fue en 1983 para recomponer en una de sus fachadas una bomba caída de la segunda guerra mundial. Se compone de tres pisos, destacan en él sus 6 torres que a mí me recuerdan al estilo Gaudí y la gran cantidad de nichos, en las ventanas, sobre las paredes, incluso en las torres. Es el panteón de Lovaina. Le dan colorido los adornos de flores y los blasones. No tuvimos la oportunidad de entrar pero la fachada exterior es una de las más bonitas de todo nuestro viaje y merece la pena venir a Leuven solo por verlo.

Ayuntamiento de Lovaina

Fachada lateral Ayuntamiento Lovaina

Ya en la Grote Markt, otro edificio que destacamos es la Iglesia de San Pedro o Sint-Pieterskerk .En 1425 se inició la construcción del actual edificio gótico, predecesor de uno románico destruido por el fuego y mucho más pequeño. Como anécdota contar que al entrar la puerta tiene un detector de presencia y se abre sola, Paco se partía de risa con el descubrimiento, algo chocante tanta modernidad en una iglesia tan antígua. En el interior destacaría su púlpito, el coro, y la gran cantidad de luz que entraba por los ventanales. En el exterior su torre de 50 m. es Patrimonio de la UNESCO.

Iglesia de San Pedro

Interior iglesis de San Pedro

Todos los edificios de la Grote Markt son de la edad Media, e indiscutiblemente hermosos. A diferencia de otras plazas mayores, la de Lovaina no es totalmente cuadrada, sino que tiene varios ángulos, por lo que le da un aire distinto al lugar. 

Edificios de la Grote Markt de Lovaina

Edificios de la Grote Markt de Lovaina

Al salir de la Iglesia de San Pedro teníamos frío y buscamos en la misma plaza un café donde refugiarnos un rato e ir al baño. Entramos y pedimos dos cafés solos grandes que nos sirvieron en bandejita con una galleta cada uno, 4,20 €, así es Europa.

Cafés en Lovaina

Ya calentitos nos dirigimos hacia la plaza del Mercado Viejo o Oude Markt, se la conoce como “La barra más larga del mundo” por la cantidad de cervecerías que alberga, todas con sus terracitas con muy buen ambiente. Aquí cerca había ferias y había chiringuitos y aparatos de atracciones para subirse, a esas horas de la mañana la gente ya daba gritos en el Evolution. Sonaba la música, la tómbola y la gente celebraba las fiestas de ese día. Me resultó curioso que lo tenían todo montado entre edificios de ladrillo de la edad media, un contraste digno de ver.



Edificios de Lovaina



Plaza del mercado Viejo

Ferias en la plaza

Ferias en la plaza

Caminando por las calles vimos muchos ciclistas y diferentes tipos de bicis, vimos una que llevaba una tercera rueda con asiento supletoria para un niño pequeño, que podía pedalear y todo, ¡una chulada!.

Bici para tres

En bici por Lovaina

En Bélgica existen los Beaterios, que son instituciones exclusivamente propias de Flandes y los  Países Bajos, que aparecieron en el siglo XII. Consisten en comunidades de mujeres, no ligadas por voto pero sí obligadas a una disciplina religiosa, que viven de sus rentas o trabajo en una especie de pequeñas poblaciones rodeadas por muros. Durante el día pueden salir libremente a condición de estar de regreso antes de la hora del ángelus de la tarde.

Ordinariamente se disponen alrededor de una iglesia y cuentan con un convento, una o dos placitas y varias callejuelas flanqueadas por las modestas viviendas de las beguinas.

Explico esto porque en Lovaina está el Beaterio más grande de Bélgica y nos dirigimos hacia allí. Nos apetecía mucho conocerlo sobre todo porque es algo único en el mundo y que nosotros nunca hemos visto. En Brujas también hay un Beaterio muy bien conservado pero no pudimos entrar a verlo por faltarnos tiempo.

Entrada al Gran Beaterio de Lovaina

El gran Beaterio, Beaterio Mayor o Het Groot Begijnhof es Patrimonio mundial de la UNESCO, ocupa la ribera del Río Dijle, al sur de la ciudad, y fue fundado por la orden de las beguinas en 1.232. Este beaterio merece especial atención, pues es considerado uno de los más impresionantes de Flandes y del mundo. Con sus seis hectáreas de superficie parece una ciudad en sí misma, ya que posee sus propias calles adoquinadas con plazoletas, casas privadas, jardines, canales … y la Iglesia de San Juan Bautista.

Iglesia de San Juan Bautista

La entrada es gratuita y realmente recomendable, cuando empiezas a recorrer sus callejuelas solo escuchas el sonido de tus pasos en los adoquines, hay un silencio impresionante.

Edificios del beaterio






Detalles de las fachadas



Callejuelas del beaterio




Puente sobre el canal del Dijle



Canal del Dijle en el beaterio

Y de repente comienzan a sonar las campanas de la iglesia de San Juan, por cierto muy bonita, de ladrillo y pizarra como casi todos los edificios del recinto, repiquetean y retumban por todas partes formando eco.

Beaterio Mayor

Placita en el beaterio



Fuente

 Por el camino se ven casitas preciosas, caminitos empedrados, puentes de piedra que cruzan los canales del río Dijle, un parque enorme y muy verde, bordeado por los muros de piedra, todo perfectamente conservado, silencioso y limpio. Tan sólo vimos algunos estudiantes con sus bicis y un grupo pequeño de turistas. Actualmente sirve como alojamiento de estudiantes y colaboradores de la universidad.



Puente sobre el canal







Canal del rio Dijle Beaterio mayor

En el beaterio se respiraba paz, nos dio mucha pena salir de él pero nos llevamos el privilegio y el recuerdo de haberlo visitado.

Contra reloj

Al filo de las 2 de la tarde regresamos a la estación, compramos en el mismo vestíbulo a un revisor ambulante los 2 billetes de vuelta que nos costaron 12,60 €, luego leímos en los foros que en las taquillas salen más baratos pero ya íbamos justos de tiempo y sobre las 3 estábamos en Bruselas. Como despedida paramos a comer algo típico enfrente de la Bolsa, en un local que vendía unos bocadillos Belgas llamados Mitraillettes. Menuda decepción, eran con carne de hamburguesa, muy seca, ketchup y patatas congeladas, todo un timo pero bueno…, llenamos los estómagos.




Comiendo bocadillo Mitraillette


Rápidamente fuimos a recoger las maletas al hotel, después al metro y por fin la estación sur o Gare du midi.  Buscamos la salida hacia la Rue de France  para el bus del aeropuerto y tardamos unos 5 minutos, menos tiempo que al llegar. Menuda carrera nos pegamos en todo éste trayecto, los bocadillos ya estaban en los pies y encima perdimos en bus de las 16 horas. El próximo salía a las 4 y media, yo creí que no llegábamos al embarque porque el trayecto hasta el aeropuerto de Charleroi dura una hora sin tráfico. Por el camino ya pensábamos en las opciones por si perdíamos el vuelo, pero el destino estaba de nuestro lado y a las 6 menos cuarto entrábamos en la aduana para embarcar. Para colmo después de tanto correr el avión salió 20 minutos tarde y tuvimos que esperar.

Prometiéndonos llegar con mas tiempo al aeropuerto la próxima vez  porque las prisas nunca son buenas, aterrizamos en Madrid cansados pero eufóricos, contentos de haber disfrutado de 5 días maravillosos en un gran país y esperando repetir la experiencia de viajar y conocer otros rincones del mundo.

Aeropuerto de Charleroi, Bruselas

Hasta pronto Bélgica

Elena y Paco.